jueves, 23 de diciembre de 2021

Platonik - Textos biónicos en serie

1.
Me enamora la idea de amarte, 
sin conocer de tu vida un solo instante.
Falta el tiempo en que sobren horas de mirarte
no quiero quererte sin tocarte.

La sonrisa tonta, rima con las ganas de besarte.

Me falta el aire con solo suspirarte

me veo envuelta en sueños de cristal

donde se refleja tu alma sideral.


Quisiera contemplarte sin rozarte

con un rayo de luna iluminándote

y en un impulso arrebatarte

para que me pertenezcas al tomarte.


Tu cara es una diamante de paz,

en tus letras encuentro mi verdad.

Danzan como escamas de arte 

que derriten mi fibra sensorial.


Deseo saborearte en carne viva

mientras las ilusiones me cuentan tu risa

Sos mentira, pura, voladora e irreal

pero algo que no se como se llama es carnal.


Te veo y fantasea una loca idea demencial

que da cuerda a tu obsesionario musical

la lejanía es corta y virtual

nos separan caracteres del azar.


Este amor es una pizca de sal de Platón

que fantasea en el paladar de mi destino.

Si tan solo mi boca bebiera una gota 

llenaría mi copa de tu ser divino.


2.

Un amor neurótico te llama a vos

me dice que tus letras son mi canción.

Conspiran ideas locas que no hacen sentido

y te encuentro por las noches oníricas del delirio.


En un sensible intercambio de conciencias

donde vos y yo no existimos en el plano

pero en esencia somos eso 

que no sé cómo llamarlo.


3.

Había una vez una historia de Platón

que creía en amores de cartón

Inventaba amantes de papel

que anhelaban juntos el atardecer

La Luna conspiraba con él

y te devolvía en sueños del ayer

Lo mágico se terminaba al amanecer

Cuando el sol salía otra vez.


4.

No sé cómo ni cuándo sucedió

pero me creí el cuento de Platón 


Tal vez te vi en imágenes de videocasete

Como un fantasma en colores RGB.

O fue aquella vez, cerca del río en 2012

que tu sonido biónico se vestía de rey.


Tus canciones laten en mi corazón

y de tu voz invento un sujeto real

intuyendo de manera intelectual

un vínculo cercano, ajeno al cambio,

independiente de la realidad sensible,

perpetrando en mi alma

un sentimiento subsistente

donde vos y yo nos encontramos

haciendo un salto cuántico

en la escala musical 

de tu gran agujero existencial.


Es ahí, en ese La Mayor

que sí hay encuentro en el centro hoy.

Pero cuando termina la melodía

el meteorito platónico vuela en mil pedazos

para confirmar que nada de esto existe.


Y me duele olvidarte, 

aún sabiendo que jamás te encontré. 

Entonces, de nuevo, pongo play.

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