martes, 16 de septiembre de 2014

12 de Noviembre de 2008

Fueron años de crecer. Intrépidos tormentos, fugaces felicidades, desorbitando mi planeta de a ratos, otorgando gracia por instantes que ni siquiera merecía. Fueron estirando la vida, alejándome a cuestas de mi restos del día. Años de soledades en compañía, de momentos inventados de caricias, de risas vagabundas y cortinas de hielo. De mi ser que no reconocía a veces hasta en ocasiones íntimas. De mi sangre brotada, lastimada, cicatrizada, hecha costra y corrompida. Fueron años de cristales rotos y de deliciosos festines compartidos. De caer y levantarse adentro de la rutina. Años de sabiduría barata y de baratijas que me enseñaron una tonelada. De redundancias contempladas bajo la piel agrietada. Fueron años claros, sucios y semi amargos. Varios años, años de una mezcla insensata de vulnerabilidad y rebeldía. De estar todo el tiempo construyendo lo que no veía en la cercanía. Años de locura malinterpretada y contenta, con resabios de corazones en otros lechos. De espinas dolorosas de las más preciosas flores peligrosas. Años de duda en resplandor, desilusión con temor, amor sin motor. Años de destilación emocional que licuaron de mis venas los residuos. Fueron muchos, esos años viejos, los que ya no tengo. Fueron años hechos a medida. Años que no cambio ni por siete vidas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario