jueves, 26 de julio de 2012

Azufre

Y esa mágica mirada que se desvanece en miles de querer y nada a la vez. Y si tal vez, tal vez. Pero lo prohibido no debe nacer. De un código explícito sin explicarse, que las palabras sobran aunque quisieron bastar alguna vez. Pero lo dicho se vuelve incómodo en el aire, ese que tus ojos y mis ojos ven. Sin dudar todas mis dudas, que la regla obliga a mi ser volver. Y lo pienso, cruda, sin objeto ni causa, con intriga de lo que no es. De a ratos la distancia corta se espesa y su densidad imagina arrebatos. Esos que sólo duermen en la piel. Con certezas desdibujadas, de cómo, de cuándo, de por qué. Y lo que importa no son las respuestas vanas, lo que importa es que quiero probar el sabor de la miel. Todo en miles de suposiciones que vuelan entre los ayeres, esos que se fueron y que no van a volver. Y mañana... ¿y mañana qué?

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