lunes, 30 de marzo de 2009

30 días

Como si me contara el informe de un país del tercer mundo en vías de expansión, todas mis intenciones convergieron en didascálias que estaban de más. No alcanzaron las ganas ni el mar. Todo se inyectó en furia una noche clara que mis ojos vieron llover donde había sequías perdurables. Vacía me quedé, cuando apenas había cubierto el fondo de la lata con ese líquido que resultó agridulce, en medio de la oscura nada. Me pensó entrometida, tuve que excusarme con casualidades que sobraba explicar. Como si un gallo dorado cantase petrificado a la luz de la luna borravino, el minúsculo tiempo pasó sin penas y sin glorias. No pensé que mis inocentes palabras sofocarían un racionalismo tan arraigado. Pero las formas siempre se mantuvieron, un agradecimiento incesante a gestos tan gratuitos como el aire de respirar. Relajación, nula. Intimidad, vedada. Sonrisa, soñada. La mujer, con flores decorada. Pero no. Me lo avisó con caballerosidad implantada. Puso en su país una barrera de estructura metálica, de ingeniería inteligente, sostenida con objetivos y proyectos a corto, mediano y largo plazo. Con razón los países del tercer mundo nunca se terminan de expandir, pensé. Tienen las barreras y las vías pero aún no tienen los trenes para atravesar las tierras que llegan al mar.

2 comentarios:

  1. Dicen los señores teóricos de la Dependencia, que uno de los motivos de la imposibilidad estructural que aqueja a los países del tercer mundo es la adopción del patrón de consumo de los países del primero. En pocas palabras: hay cosas que simplemente no encajan con uno, y tratando de alcanzarlas, terminamos por desconocernos a nosotros mismos, intentando ser otros...
    Mejor dejarlas ir.

    Un beso grande!

    ResponderEliminar
  2. let go....sí, de acuerdo dear Milits. Espero andes bien. Un beso grande para vos!

    ResponderEliminar